miércoles, mayo 27, 2015

"The absolutist"

Novela del año 2010 escrita por John Boyne. Tristan Sadler es un joven inglés, sobreviviente de la Primera Guerra Mundial. que se dirige a Norwich para acudir a una cita con la hermana de su mejor amigo, Will Brancoft , y entregarle unas cartas. Pero hay un tema que debe tratar con ella, y que no se siente preparado para afrontar, que es la verdadera razón de su visita. Una carga que ha llevado durante mucho tiempo que no puede mantener oculta por más tiempo.


De esta autor ya había leído dos novelas, que también me gustaron mucho, por la forma en la que se narran los hechos y se describen los personajes. Unos personajes que son muy humanos y con los que nos podemos sentir identificados. Y en esta obra se siguen manteniendo esas características del escritor.
Es una historia dura, no tanto en la descripción explícita de los hechos, sino en lo que queda de fondo, en el mensaje que se transmite. Los hechos ocurren durante y después de la Primera Guerra Mundial, y no es tan duro el hecho en sí, como el efecto que tiene en los protagonistas. Las decisiones que toman, decisiones cuyas consecuencias perdurarán toda la vida, son tomadas en momentos de mucha tensión, sin poder reflexionar, sólo siguiendo el instinto, lo que cada uno es realmente. También refleja la pérdida de la inocencia, de los seres queridos, lo que supone ser fiel a uno mismo, y los errores que se comenten por dejarse llevar por arrebatos de miedo e ira. Y por último, muestra las guerras sin ese halo de romanticismo y heroicidad. Hay actos altruistas y muestras de bondad, pero también locura y egoísmo.


Muy recomendable, por bien escrita, por personajes bien desarrollados, buenos diálogos y por no caer en la dicotomía de buenos y malos, sino presentar personajes muy reales.






domingo, mayo 24, 2015

Alemania Mayo 2015


Este año cogí unos días de vacaciones en Mayo y decidí visitar a mi hermana pequeña, que lleva ya tres años en Alemania, y de paso conocer la zona de Baviera y Salzburgo. El plan era visitar Passau, Múnich y Salzburgo.
La semana que yo iba había huelga de trenes ( yo y las huelgas....) así que por Blablacar contacté con una chica que me llevó del aeropuerto de Munich a Passau. Es una buena opción para moverse, sobre todo cuando el transporte público falla.


Los tres primeros días estuve en Passau. Está a dos horas de Múnich y es un destino habitual para estudiantes de Erasmus. Es una ciudad preciosa. A mí me ha enamorado. De las tres ciudades que he visitado es la que más me ha gustado. Me parece una ciudad agradable y muy cuidada. 
Es recomendable llevar calzado de lluvia y paraguas porque puede llover de repente, y llover con ganas.
La catedral es preciosa y por las mañanas se puede escuchar un concierto de órgano maravilloso por 4 euros. El órgano de esta catedral es el más grande de Europa. También destaca el Ayuntamiento y la marca de agua de su fachada. Esta marca de agua es un registro de la altura que han alcanzado las inundaciones más importantes, ya que Passau se inunda prácticamente todos los años. Eso es debido a que está rodeada por tres ríos: Inn-Ilz-Donnau. Y cuando llueve y sube el caudal....inundación.
Otro punto interesante es la fortaleza de Passau. Hay una buena subida hasta la fortaleza, pero merece la pena porque la vistas desde arriba y lo que se ve mientras se sube es precioso. Hay un restaurante muy bonito al lado de la fortaleza con unas vistas de Passau de quitar la respiración. 
Una actividad que se puede realizar en la ciudad es dar un paseo en barco por el río Donau. Es muy relajante y se ven unos paisajes preciosos. El barco en el que yo monté es uno decorado en su interior con cristales de Swarosky, muy llamativo. También es muy interesante callejear y descubrir sus calles.



El cuarto día fui a Salzburgo (visita de un día). Se puede ir en tren desde Passau y se tarda en llegar dos horas y media. Es recomendable madrugar para aprovechar el día. Desde la estación de tren de Salzburgo se puede coger un autobús para ir al centro de la ciudad. 
Una visita obligada es el Castillo de Hohenzsalzburg. Se sube en funicular (el precio de la entrada es de 11 euros, con la subida en funicular incluida) y tiene unas vistas muy bonitas. Por dentro hay muchas cosas para ver: la sala de las torturas (queda mal rollo), la sala dorada, el salón de la música y muchos objetos de época. Se puede bajar en funicular o andando, opción que recomiendo, por un camino muy bonito con unas de las mejores vistas de la ciudad. 
La Catedral se puede observar desde fuera o entrar pagando un donativo. Yo no entré porque prefería visitar el cementerio y las catacumbas de la Iglesia de San Pedro, que son muy interesantes de conocer.
Como en todas las ciudades, es muy interesante callejear por las plazas y calles. Están muy cuidadas y tienen tiendas muy bonitas (Sigmund Hoffner Gasse, Residentplaz, Mozartplaz, Golden Gasse...). Una visita obligada es la Casa de Mozart (muy interesante todos los objetos y documentos que tiene relacionados con el gran compositor) y el Museo de Mozart, también muy interesante. 
Uno de los lugares más conocidos de Salzburgo son los Jardines de Mirabell, bonitos, pero pensé que serían más grandes.


Los dos últimos días fui a Múnich. Para ir se puede coger un tren con la Bayern Card (23 euros) que te sirve para utilizar el transporte de Munich todo el día. Es una ciudad grande, no tanto como Berlín, con opciones para todos los gustos. 
Para los amantes de los espacios verdes tiene tres jardines: Hoffengarden, Finengarden y los Englischner Gardens. Muy bonitos y relajantes. Me sentí muy a gusto paseando por ellos. 
Para los interesados en los monumentos hay varios sitios que ver: Marianplaz con los dos ayuntamientos y la columna de Santa María (me gustó mucho el ayuntamiento nuevo y la columna de Santa María), Odeonplaz, con el Feldherrnhalle (monumento al ejército bávaro) y la Iglesia de los Teatinos, conocida por su fachada amarilla, pero que estaba en obras de mantenimiento cuando yo fui; la catedral de Munich, bastante sobria para ser católica, el callejón de los tramposos......Si hacéis un freetour os enseñan los puntos más interesantes de forma amena.
Para los que quieren unas grandes vistas de la ciudad, tiene la torre de la Iglesia de San Pedro, con un mirador al que se puede subir después de ascender los cinco tramos de escaleras, por dos euros. Merece la pena el esfuerzo por la subida, porque las vistas son muy bonitas.
Para los amantes de los museos, está el Museo Alemán, al que no entré, pero del que hay buenas opiniones. Cerca del museo está la Istartor, una de las puertas medievales de la ciudad.
Un lugar interesante para comer o cenar es el restaurante "Rastkeller München", cerca de Marianplaz, con una decoración de estilo medieval-gótico. Me gustó mucho el ambiente y el trato que dan. La comida es deliciosa.


Ha sido un viaje que he disfrutado mucho y he conocido tres ciudades muy bonitas. Alemania me parece un país muy interesante para conocer. Con inglés te desenvuelves sin problemas y son muy organizados, por lo que moverse es relativamente fácil. Mayo y Septiembre son dos buenos meses para ir porque el tiempo es bueno y todo es más barato que en temporada alta.