miércoles, junio 12, 2019

"La Gioconda"

Ópera de Amilcare Ponchielli representada en el Gran Teatro del Liceu, con libreto de Arrigo Boito, dirección escénica de Pier Luigi Pizzi y dirección musical de Guillermo García Calvo. Con Saioa Hernández como La Gioconda, Dolora Zajick como Laura Adorno, Ildebranto DÀrcangelo como Alvise Badoero, Maria José Montiel como La Cieca, Brian Jagde como Enzo Grimaldi y Gabriele Viviani como Barnaba.

La Gioconda es una obra emblemática del periodo comprendido entre la madurez verdiana y el incipiente verismo. Es una obra que posee momentos de gran lirismo con una gran escritura vocal para los papeles de Laura, La Ceica, Enzo o Barnaba. Sus piezas más conocidas son el aria "Suicidio de la Gioconda" y "La danza de las horas".
Narra la historia de La Gioconda, joven de la Venecia del siglo XVII que es abandonada por Enzo al reencontrarse éste con su antiguo amor Laura, esposa del inquisidor de la República, Alvise Badoero. Despechada y carcomida por los celos intenta separar a Enzo y Laura para después, arrepentida y en agradecimiento a Laura, que anteriormente había salvado a su madre La Cieca, acusada falsamente de brujería por Barnaba, ayudarles a escapar de Venecia. La ópera finaliza con el suicidio de La Gioconda que lo ha perdido todo.

Esta es una ópera que no conocía, dentro de lo poco que sé sobre Ópera, ni siquiera el nombre me resultaba familiar, a diferencia de otras óperas como La Boheme o La Traviatta. Y he de decir que me ha sorprendido gratamente. Como todas las óperas, es una sucesión continua de tragedias que finalizan en una aun peor. Hay personajes como Barnaba realmente despreciables, otros como La Cieca que es pura bondad y por último, personajes con claroscuros como La Gioconda, Enzo y Laura que muestran todo tipo de emociones según la situación en la que se vean inmersos.
La puesta en escena es magnífica con un decorado en tonos grises que contrasta con los tonos malva, rojos y azules del vestuario. La famosa pieza de ballet "La danza de las horas" es interpretada en esta ocasión con una coreografía intensa por momentos y simbólica. Y los cantantes dan lo mejor de sí con unas voces portentosas (me gustaron especialmente Maria José Montiel y Dolora Zajick).

Una historia digna de ver y escuchar. Con personajes que a pesar de actuar correctamente no tienen el final que merecen, ya que la vida no es siempre justa, y los que realizan actos viles no siempre reciben su justo castigo. Al igual que hay personajes que consiguen su deseo a costa del sacrificio de otros. 
Porque la vida es azarosa y nunca sabes por donde va a ir encaminada. Y si es una ópera, además, sabes que no puede acabar bien, porque tragedia y ópera van de la mano.

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